domingo, 8 de noviembre de 2015

Los Sonidos del Silencio

Me preguntaba, cual es la diferencia (una vez más) entre las llamas del amor y las del infierno, si a fin de cuentas ambas te acaban abrasando. ¿O es que son la misma cosa? Despertarte a estas horas con estas ideas es un claro indicio de que algo huele a quemado. A veces no importa. Hay ausencias que lo incendian todo. Tanto como el amor que las alimentó.



Parece que estamos hechos para arder. No importa el  camino, todos conducen hacia la llama eterna de lo que sea. Quema el amor y su ausencia, quema la intención, quema el deseo, ardemos al estar saciados o al encontrarnos vacíos.

Soy agua, soy gasolina. Soy la respuesta estúpida a todas tus preguntas profundas, el mismo error que eliges libremente cada día para cada día arrepentirte de mi y volverme a elegir. Soy el teléfono que descuelga al otro lado cuando los demás no cogen y el que no quieres descolgar cuando te llamo a ti.

Un pobre ignorante que tiene mucho que aprender, un meteorólogo del amor, un aprendiz de brujo con éxito en consulta y mala praxis en las pociones. El beso que te convierte en rana y que vuelves a besar. Soy la sorpresa envuelta en papel de regalo transparente. El paquete bomba que colocas en un sitio privilegiado de tu salón.

Soy el error con denominación de origen que lucías con orgullo. La mentira buena, vista desde el sur, la verdad a medias vista desde el norte. Los que me quieren dicen que me cuesta admitir un error. Los que me conocen saben que me cuesta admitir una derrota.

Hay que equivocarse mucho para hacer las cosas bien, y ninguna decisión correcta está libre de hacer daño a nadie. Siempre hay daños colaterales. He visto llorar a personas amargamente y sin consuelo ante una decisión que rescataba a otro de su pesadilla. ¿Se podría haber hecho mejor? ¡Sin duda! ¿Pero puede alguien garantizarme que lo haría sin salpicar a nadie?

Y ahora, este amasijo de errores y aciertos que escribe salpicado por las llamas que un día encendió, se queda con un montón de rencor, de rabia y de falta de cordura que... no sirven para nada cuando "tus razones" son inocuas a la hora de calmar el dolor del otro. Cuando tus razones no han hecho más que empeorar las cosas, cuando le has dado un lugar por encima de las necesidades del que está sufriendo. Cuando, pienses lo que pienses y lo veas como lo veas, con razones o sin ellas, eres tú parte de su problema, el objeto de su frustración. Cuando eres tú el que enfrascado en hacer valer tus razones, las pierdes todas cuando le dejas de escuchar. Porque cuando dejas de escuchar y le intentas arropar, lo que haces es abandonarle.

Cometí un error, admito la derrota. Y me gustaría atraído por la inercia, hacer valer mi derecho a la pataleta, al ajuste de cuentas, a exigir cierta reciprocidad en nombre de un montón de estupideces y por todo lo escrito al empezar esta líneas. Palabras.

Termino estas líneas sin comprender aún la diferencia entre las llamas del amor y las de infierno, pero tengo muy claro que ambas brillan en uno mismo. Es domingo, tengo los ojos hinchados y he de ir a trabajar. Ayer era una persona herida cargada de razones, un perdido de la vida señalando tus errores, una lista de la compra, un tipo que exigía el valor de sus acciones compradas en bolsa. Palabras. Un festival de todo lo que no necesitabas. Un idiota sin razón que debe dejarte ir, si de verdad quiero que no te vayas. Es duro tu silencio y también la única razón válida. Pero te he escuchado.


sábado, 3 de octubre de 2015

Cabeza de Norberto

Hoy entregué oficialmente mi antiguo cuarto. Un hecho banal, intrascendente, casi insignificante. No para mi, que soy un sentimental de los espacios que comparto, de las esquinas y los bares.



Llegué a esta habitación asqueado y con el corazón roto aprendiendo las consecuencias del silencio y las autoestimas juntando polvo, y fue el sitio en que me arranqué con los dientes antiguas etiquetas. Donde renové mi compromiso con la curiosidad por saber cuánto había de mí en lo que se decía y en lo que yo mismo intuía.

Fue el escenario en que ensayamos con mi chico la posibilidad de construir entre risas y lágrimas algo bonito, incierto por momentos, pero de verdad incluso en sus asperezas. El sitio en que vi estallar una historia de amor pronosticada y ajena, dónde los secretos caían como tormentas descontroladas y lo más oscuro de mi y de los otros se permitía brillar con absoluta desnudez.

En ese lugar fue donde  incluso quienes no han llegado a pisarlo jamás, han estado presentes con sus objetos personales a buen resguardo como si de tumba de un faraón se tratase. Dónde cada objeto tenía su propia historia o su histeria. El lugar donde preparaba mis sesiones, mis guiones, mis vídeos y los de otros. Un lugar donde se podía comer, gritar, conversar, fumar, beber, reírse, follar y dejarse llevar, perderse un poco para poder encontrarse. 

Un sitio de malos entendidos, de acuerdos, de creación, de sentarse a trabajar o tumbarse a divagar. Un sitio con misterio y el encanto del caos regado alguna vez también con lágrimas, con obstáculos, con puertas que se abrían y cerraban, con madrugones y amaneceres desvelados.

El sitio dónde aquel amigo que no suele dormir con otros amigos se tiró tres noches muerto de risa compartiendo una cama de plaza y media. Donde durmió mi padre o mi prima cuando vinieron a repartir y dejar un poco de lo que son para que se quedara conmigo para siempre. El lugar donde un rinoceronte andaluz lo llenó de cosas hasta hacerlo también suyo mientras un león pirata hacía pis en las esquinas para controlar el perímetro y alejar extraños del corazón.

Este es el motivo por el cual, no importa en que habitación de la casa duerma, lo normal es que si no siento confianza contigo, no te deje pasar, no te invite a entrar, ni deje siquiera que la veas desde la puerta. Porque es fácil poner un pie dentro y echar un vistazo a toda mi vida. No es un cuarto a la usanza, no está hecho para gustar o provocar lo contrario. Es como sentarse a tomar el té dentro de un corazón. Y si hay papeles desperdigados, muñecos raros, pinturas u objetos indescriptibles orbitando en él, no es desorden, es mi cabeza y mi corazón haciendo nudismo. Gracias, querida habitación mía y de los míos, por estar tan descontroladamente viva durante tantos años. Tus paredes guardan secretos que mi corazón se lleva con renovada curiosidad, para seguir enredando hasta que el telón se baje.



sábado, 22 de agosto de 2015

Paisajes Imposibles

Quién más, quien menos, todos conocemos los celos en muy diferentes contextos y proporciones. Puede ser la sal que enriquece o que estropea una buena comida.
 
La inseguridad en cualquier caso, siempre es cosa mala cuando paraliza y nos hace retroceder, levantar muros o alambradas, restringiendo nuestra capacidad objetiva, haciendo de cualquier acto inofensivo una amenaza a nuestra fragilidad. Y nos embarcamos en pequeñas mentiras y caminos imposibles de transitar.

Primero nos mentimos a nosotros mismos y después hacemos un rico pastel con esas pequeñas pajas mentales para convidar a aquellos que podrían desestabilizar algo que ni siquiera depende de ellos. Y reinventamos nuevos caminos a recorrer, caminos que no existen pero que mantienen apartada cualquier amenaza de nuestro impecable destino.

Pero ninguna ficción se acaba sosteniendo porque la vida y el caos, tienen su propio guión, del cual participamos pero que tiene sus propias reglas. Solo podemos adaptarnos y subir un nivel, para seguir creciendo. Porque un paraguas es un buen aliado para evitar la lluvia, pero no sirve para negar que está lloviendo. Puedes llenar un parque de paraguas y organizar un pic-nic, pero tarde o temprano, bien por la lluvia bien por el viento, te acabarás mojando.

¿Que sentido puede tener hacer partícipe de tu vida a alguien a quien le rodeas con un cordón sanitario para que no participe de ella? Ninguno, salvo que le quieras en tu vida con la misma intensidad en que le temes. No hablo de un miedo real, hablo de un miedo de fantasía que se hace real, cuando el cordón sanitario se rompe porque no puedes controlar todo lo que pasa en la vida, así como no puedes detener la lluvia.

Un amigo no debería ser nunca una amenaza ni el cariño una puñalada. Pero todos, y me incluyo, alguna vez nos enteramos de algo sutil en el otro que nos desconcierta y acabamos echando demasiada sal a la comida, estropeando un buen plato. Los perros viejos lucharán por arrinconar esos fantasmas salados (que no divertidos) y en ocasiones otros culparan a los otros de estropear su plato favorito. Si, yo también se lo que es un cordón sanitario, pero no me he permitido construirlo, por higiene mental fundamentalmente.

Las personas que construyen un cordón sanitario sobre otras, cuentan el algunos casos con información más amplia que no hace sino alimentar su idea de esterilizarlo todo, manteniendo en la inopia al otro, que no entiende nada y que al final acaba salpicado de algo que nunca debería haber estallado, creando el efecto contrario. Mierda por todas partes y el decorado del Show de Thruman cayendo en cámara lenta.

El mundo nunca es un lugar seguro, solo aquellos en los que reposa nuestra fragilidad lo hacen mejor.





sábado, 11 de julio de 2015

Algo sobre José, nuestro portero (carta que escribí y puse en el buzón de mis vecinos)



A José..nuestro portero, y también para algunos, nuestro amigo o colega se le está apagando la vida irremediablemente. Espero que Angélica, su pareja y la persona que ha permanecido y permanece a su lado, no se tome a mal esta líneas.



Solemos hablar bien de las personas cuando ya no están entre nosotros. Él todavía permanece aquí, puede que por unas horas o unos días más. Todos somos frágiles, todos somos efímeros. Ya podemos hartarnos a comprar y acumular todo lo que queramos, que todo se quedará aquí cuando nos toque morir, que llegará. Pero en mi caso, con Jose he acumulado un montón de momentos que sí me llevaré el día que me toque a mi.


Voy a ser claro y lo diré sin rencor: Se que ha sufrido algunos desprecios aunque siempre ha sido discreto a la hora de poner cara o nombre a esos vecinos. Hubo un intento de despedirle, sabiendo incluso de su estado de salud. Querer dejarle en la calle sabiendo lo que eso significa en estos tiempos, me resultó miserable, por no hablar de su estado de salud. Él nunca lo dijo ni lo expresó así, esto es algo que digo abiertamente yo.


Jose, un tio que no ha dudado en dejar dinero a quien lo ha necesitado puntualmente o incluso recados a la farmacia, a la panadería.. ausentándose de su puesto por unos minutos a fin de hacerle la vida más fácil a quien le pedía ese favor, y cabreando a quien no le veía 5 minutos en su puesto. Pues bien, cuando cayó enfermo, ni de lejos esas personas se molestaron en devolverle el favor. No se quienes son ni me parece relevante ahora. Solo se le llamó para preguntar cuando volvía (para poder hacer el favor al vecino de turno), no para preguntar por su salud o hacerle la vida más fácil.


Yo le he visto sin poder moverse, con dolores horribles que no le dejaban ni comer ni dormir. Otros simplemente veían que estaba sentado. Le he visto, pese a ello, solicitar su alta al consejo médico para no perder su trabajo. Y le he visto con su portátil ver pelis o escuchar música en la portería sentado ¿estaba de vacaciones? No... simplemente arrastraba un dolor tan grande en el cuerpo y en sus piernas, que incluso al pasar la fregona le causaba un dolor horrible, pero lo hacía. Lo digo de verdad. Pero solo era algo que sabíamos unos pocos. Y no se quejaba.


Algunos se fijaban si se había ido 5 minutos antes, pero jamás todo lo que hacía fuera de su horario o en los días libres, limpiando en más de una ocasión los vómitos, la basura o la suciedad que se encontraba los fines de semana en el ascensor en su días de descanso. Por desgracia este tipo de cosas él no las publicitaba. Las personas, y me incluyo, a veces somos mezquinas, exigiendo a otros lo que seríamos incapaces de dar.


Escribo estas líneas, ahora que aún sigue con un soplo de vida porque cuando se vaya, todos dirán que era un tipo magnífico. Yo se que lo es. Y también para aquellos vecinos que tenían sus más y sus menos con él, dejándole escupitajos en la puerta de su casa. Ese tipo de cosas que casi nadie sabe y como él no se quejaba, lo hago yo. Ni se ni me importa quienes le han puteado en alguna ocasión, pero sería bueno empatizar y ponernos en el lugar del otro, porque tratar con dignidad a las personas nos hace también mejores y acorta distancias y rencillas estúpidas y caprichosas que no generan nada bueno a nadie. Yo no sé el recuerdo que Jose se llevara de muchos, pero pensad en si os ha valido la pena.


Gracias, si habéis llegado hasta el final. Tenía que soltarlo. Soy Norberto, del 5ºB

jueves, 4 de junio de 2015

Feliz Cumpleaños

Y un día, te miras al espejo y descubres que vuelves a cumplir 22. Claro, no son los mismos de entonces, estos suman 44 y formas parte de un siglo que antes solo era una promesa de futuro, con sus naves espaciales, sus bestias mutantes destrozando ciudades enteras y colonias humanas orbitando en torno a la tierra o colonizando Marte, con la infaltable imagen de una ama de casa horneando bizcocho en una nave espacial con vistas a la galaxia.


La realidad al final nos encontró hacendo otras cosas, o las mismas. Seguimos en el planeta tierra, el hombre no ha ido más allá de la luna 50 años después, las mujeres irrumpiron con fuerza en el mercado laboral, empresarial, científico y tecnológico (aunque les siguen pagando como si hornearan bizcchos en casa) y las únicas colonias humanas orbitando en torno a la tierra, no van más allá del perfume que algún distraido astronauta se haya dejado en la nave espacial.

44 años y me abraza el misterio de navegar en la ignorancia de no saber si he consumido la mitad de mi vida o el 98%. En cualquiera de los casos, bien consumido está lo vivido, lo perdido y lo que he dejado pasar.

Veo como mi barba, nunca abundante como me gustaría, se va volviendo gris (las nieves del tiempo, dice el tango) y me gusta. Veo que el cuerpo responde perfectamente, que mantengo el pulso, que la melena sigue abundante (aunque creédme que me importa un pimiento si no lo fuera) y de tanto ver, voy viendo que por primera vez necesitaré gafas, probablemente para ver de cerca. Y me gusta la idea, me gustan los chicos con gafas y me gustan también cuando se las quitan.

No se puede celebrar la vida sin tener presente la muerte (tampoco se puede vivir teniéndola presente todo el tiempo) porque la despedida comienza desde el mimo momento en que damos nuestro primer grito de existencia. Es un indiscutible, implacable y fulminante viaje de ida. Más de 16.000 días recorridos en las direcciones más dispersas, y convengamos que no llevar una vida demasiado estable proporciona, además de unas cuantas desventajas, una multitud de experiencias de lo más extravagantes según el ojo que observe.

Mi teoría de la macetas es harto conocida por quienes me rodean, y no me canso de repetir que alguna habrá, en algún lugar con mi nombre esperando que de un paseo por allí. Nadie sabe el día ni la hora, lo único que sabemos es que el futuro es una promesa incierta, salvo mis 16.000 pasos todo lo demás, es una promesa. La misma con la que empecé a andar cada uno de aquellos días, como un conejo persiguiendo una zanahoria tramposa. Y de aquel camino lleno de trampas, me quedo (porque puedo, porque elijo y porque me da la gana) con todo. Incluyo en el pack las cosas que han dolido, los días de hambre e incertidumbre. Y toda la poesía barata de un torbellino de besos y abrazos, orgasmos solos y acompañado -también los que estando acompañado no dejabas de estar solo - me quedo con todo y no descarto la mentira ni la mezquindad, gracias a ellas he sabido disfrutar de la verdad y la generosidad que me rodean.

Vuelvo a cumplir 22 y estoy encantado de haberme conocido, aunque a veces me odie y me daría de patadas en el culo hasta volver a cruzar el charco. Porque uno es así, un poco miserable, un poco acertivo, un poco estúpido y otro poco buen tío. A veces con miedo, otras sobrado, pero en todos los casos e incluyo los más incómodos, frívolos y estúpidos, siempre de verdad. Una palabra curiosa y muy utilizada para maquillar ciertas decadencias, pero que en este caso lo mío me ha costado construir.¿Qué es la verdad? Un fenómeno atmosférico que se desata en el corazón, de intensidad variable, pero con toda la fuerza de la naturaleza.

jueves, 21 de mayo de 2015

El Perfume

A veces intuyes el potencial de alguien que está a punto de irrumpir en tu vida para quedarse. Como un perfume sutil, la fragancia del querer que impregna poco a poco el pequeño universo del uno y va salpicando con matices igualmente perfumados el del otro. Y puedes echar a correr y quedarte en el recuerdo de aquella primera impresión de satisfacción para siempre. O puedes quedarte, y zambullirte de lleno en todas las posibilidades que ofrece en el tiempo las notas de aquella fragancia que a buen seguro, te acabará sorprendiendo para lo bueno y lo malo. 


Y me gusta pensar que ha valido la pena, no como una expresión de deseo, sino como un hecho fáctico. Que mi instinto ha sido fruto de la inconsciente sabiduría que nos protege del análisis torpe que todo necesita acomodar en una estructura determinada y una etiqueta identificatoria simplona y llena de prejuicios. Como diría Dani, creo en el caos todopoderoso, creo en su desorden como una música cuyos acordes no estamos preparados para captar, ni lo suficientemente evolucionados para comprender en caso de percibirla.

Hace tiempo que perdí el miedo a lo desconocido, porque son precisamente las acciones más básicas y reconocibles las que siempre acaban haciendo daño. Ahora miro hacia atrás y veo un vagón de metro y un chico con gorro y actitud desafiante que, por alguna extraña razón no puedo dejar de sentir curiosidad. Once años posiblemente hacen ya de aquella imagen que nos convirtió en amigos.

Y pienso en la tarde que pregunté a aquel camarero quién cantaba aquella canción que se oía de fondo en Mama Inés, para encontrarme después ese disco entre mis manos directamente de las suyas, y más de una década de aventuras juntos. Y creo en la causalidad todopoderosa que me dejó sin alojamiento en mi viaje al sur y puso ante mi alguien peculiar como pocos, amable, cabezón, desconfiado y generoso. Autentico. El caos y aquella combinación de pequeños desastres nos terminó construyendo una amistad a la que no escatimó esfuerzos en dinamitar y de la que ya no se bajó, porque para él también la causalidad tenía otros planes.

Y Malta. Algo desconcertante y doloroso que hizo que dos personas que ya se conocían de algunos años atrás, y habiendo compartido momentos juntas, no se conocieran sino hasta haber tocado fondo en sus respectivas vidas, convirtiéndose en fundamentales en la vida del otro, de una manera tan bizarra que llegó a desconcertar a los amigos más íntimos.

Uno de ellos, lo recuerdo perfectamente, me dijo indignado como si le estuviera vendiendo una trola "¿Por qué me mientes....? ¡No es tu amigo. Es tu novio!" hasta que una noche, muertos de risa y alcohol se rindió: "Anda, llámale y dile. Mándale un mensaje y dile que ahora yo también soy tu novio"

Solo hay un hombre en mi vida. Y lo nuestro nos cuesta hacer crecer eso tan bonito, complicado y gratificante a la vez. Y fue precisamente él, el hombre de mi vida quien acuñó esa expresión en clara referencia a alguno de mis amigos. A cuatro en concreto. Y ahora que él también es víctima del caos y las causalidades, lejos de distanciarnos, nos entendemos mucho mejor. Porque las cosas que son de verdad, perduran. Y si lo son pero se descuidan, perduran también desde un dolor no resuelto.

Porque el tiempo transcurre y me sigo sintiendo tranquilo con los pasos dados, incluso de los movimientos a ciegas o descompensados. Porque todo ha sido de verdad, menos el olvido, que aún no ha llegado, ese Dios de arena en el que deseamos creer y que se queda en un ridículo montón de nada cuando suspira la memoria. Y ahora, sin tiempo para olvidar ni dioses en los que creer, sigamos correteando hasta que este perfume se desvanezca cuando estos ojos se cierren. Esta vida bien merece confiar no tanto en lo desconocido, como en lo que tu corazón te dicta, aunque lo haga con faltas de ortografía. Si, creo en el caos todopoderoso, y el las cosas buenas que no siempre vienen envueltas en un bonito papel de regalo.


jueves, 30 de abril de 2015

La vida es Curiosa Vol.1 (La mejor Foto del Mundo)

Cuando era pequeño, mi madre que sabía de mi debilidad por el El Principito, me regaló un dibujo del mismo que incluía una frase de mi capítulo favorito, cuando El Principito se encuentra con el Zorro. El capítulo favorito de millones de personas debo decir : "Solo se conocen las cosas que se domestican. Si quieres un amigo ¡domestícame! No se ve bien sino con el corazón. Lo escencial es invisible a los ojos"  Y ese dibujo, pegado a una tablilla en forma de cuadro, me acompaña hasta hoy.


Hecha la introducción, aquel capítulo despertó en mi la curiosidad por el corazón humano y una necesidad de hacer visible lo invisible. De saltarme algunos códigos sociales absurdos para abrazar las cosas que para mi de verdad importan, normalmente sin certeza alguna, guiado por la curiosidad y la intuición. Y es que, de pequeño fui muy consciente de la importancia del tiempo: ¡Lo he dejado morir tantas veces! O al menos eso pensaba, hasta que descubrí que el único que estaba muriendo era yo. El tiempo seguiría su curso sin mi, pero yo... yo moriría más tarde o más temprano, junto a todos los que quiero y me han amado, por eso: Si intuyes que la persona que tienes delante debe estar en tu vida, ¡Déjate llevar! Y así fue como conocí a Seb. Mi Seb.

Madrid, Verano del 2010

Era el mes de Junio y estábamos buscando un nuevo compañero de piso. En casa éramos cuatro y nos quedaba un cuarto vacío, de modo que pusimos como siempre un anuncio en Loquo buscando compañero. Y tras algunas entrevistas, apareció él.

 Mi experiencia compartiendo piso con otros chicos alemanes siempre fue buena, y tenía el perfil que buscábamos para un compi de piso. Pero Seb estaba en Ginebra y yo ya estaba haciendo las entrevistas personalmente en Madrid, asi que fui claro en mi siguiente mail:

 El caso es que no se dio por vencido e hizo gala de su honestidad...y un buen anzuelo: ¡Yo podría practicar alemán con él! Y así se fueron sucediendo los correos.


Varios correos más tarde, unos cuantos correos más tarde a decir verdaad ya había descartado a otros candidatos que habían venido a casa, no muchos, pero decidí que quería a Seb en casa, aunque nunca habíamos chateado ni hecho ningún Skype.


Y lo que ocurrió después, es que nos fuimos enredando en la cotidianidad, al principio con cautela, hasta que casi sin darnos cuenta nos vimos riéndo juntos de un montón de cosas que a la mayoría de gente le horrorizaría, tomándos en serio sólo a nosotros mismos. Y así nos convertimos en dos tíos risueños y sentimentales con una confianza sin base alguna ni estándar que la pudiera explicar, ni falta que hacía.

Las risas y el absurdo no fueron más que vehículos que nos hicieron la vida más fácil, no un escudo para la otra cara de la moneda, que también la hubo. Pero hoy prefiero detenerme en lo curioso de la vida, en la forma en que se desarrollan muchos acontecimientos aparentemente volátiles, y que hoy, echando la vista atrás te acabas sintiendo el protagonista de algo tan inexplicablemente bonito y espontáneo como el génesis de una amistad.

Dicen que a medida que nos vamos haciendo mayores, tenemos más dificultades para hacer amigos. Otros la tienen para mantenerlos en el tiempo. Pero yo lo veo distinto, como un flechazo, un tren que llega a todos varias veces a lo largo de nuestra vida, y en el que no siempre ponemos atención y lo terminamos dejando pasar.

La tarde que vino a vivir a casa le fui a buscar a la salida del metro, algo que practicamente no hago nunca, y puede que sea por eso que recuerde perfectamente ese momento.


En casa sólo vivió un año, pero desde entonces nos volvimos inseparables, incluso cuando él dedicaba largas horas a preparar sus trabajos para la universidad, que intercalaba con su curso intensivo de español nunca nos faltó tiempo para compartir, se encontrase en la parte del mundo que se encontrase. Y tres años y 19 días después de la primera vez que nos vimos, terminó la Tesis de su Master, que redactó en inglés y que no solo me sacó los colores, también me llenó de orgullo y me hizo sentir afortunado de haberle abierto las puertas de casa. Nosotros buscábamos un compañero de piso, pero la vida tenía otros planes. Y asi, al terminar su tesis me mandó una copia en PDF. ¿En Inglés? me dije... "A ver cómo me apaño para entender todo esto". Y lo entendí:

 Y yo no se si realmente todo esto importa a alguien, pero normalmente se hablan de tantas cosas y al mismo tiempo se dejan pasar tantas otras que considero importantes, que me apetecía dejar constancia de aquello que a veces pasa casi sin darnos cuenta. Y francamente, pocas veces hay constancia gráfica de cómo ocurren algunas de las cosas más bonitas que nos pueden pasar. La vida puede ser amarga muchas veces, pero si sabemos mirar bien descubriremos grandes tesoros en los sitios más insospechados. Creedme si os digo que estas líneas no son más que una pequeña pincelada de lo mucho que nos une y lo diferente que somos

Él tiene novia, facilidad para los idiomas y es vegetariano. Yo tengo novio, facilidad para irme por las ramas y debilidad por los asados argentinos y la buena mesa manchega.

Hace cinco años atrás, le dije en un correo que estaba seguro que seríamos amigos. Si bien no es algo que uno vaya soltando por la calle a todo el que se cruza por ahí, las veces que he tenido esa certeza sólo me ha traído personas importantes en la vida, que el paso de los años y las aventuras vividas no han hecho más que confirmar, con desencuentros incluídos.

5 años más tarde...

El año pasado, para mi cumpleaños me envió una camiseta de nuestro comic favorito: Calvin & Hobbes. Y este año, mi intención era devolverle la sorpresa, pero su maravillosa chica (Delph) se adelantó. Y no solo le regaló la camiseta... me compró en secreto un billete de avión para darle una sorpresa en París, ¡Yo sería su otro regalo!. Asi las cosas, me encontraba en el aeropuerto esperando mi vuelo cuando recibo éste mensaje de ella:



Casi al instante, recibo éste otro mensaje de él:



"No la rompas" -le dije- " Y un día nos hacemos una foto juntos cuando vengas a casa" mientras en esos momentos ya estaba subiendo al avión.



"La mejor foto del mundo" dijo, sin saber que me dirigía a París con la camiseta que me había regalado.. Y lo cierto es que las cosas ocurrieron en alguno de los días más duros del año para mi. Ninguno de los tres lo supo hasta esa noche en la terminamos pasando finalmente por casi todos los estados de ánimo. Creo profundamente en la causalidad. Creo en el amor y creo en los amigos. La vida es curiosa, si. Y finalmente cinco años después de aquel primer correo... nos hicimos la mejor foto del mundo.

lunes, 5 de enero de 2015

Noche de Reyes

Algunos regalos no deberían abrirse nunca, especialmente los más deseados, como su sonrisa. Su sonrisa lo iluminada todo, tanto que no dejaba ver la tormenta que se estaba gestando detrás. Y es que algunas luces son oscuras. Lo iluminan todo tanto...que no nos percatamos lo que llegan a cegar.. 

Parece un regalo, verdad? Pues es carbón. Aunque eso sí, una vez desatada la tormenta, si logras recomponerte, ese será tu regalo, lo que no es poca cosa, porque en ocasiones la magia de la navidad.... tiene mucho de magia negra. Y está advertencia fallida la noche de reyes, es una fotografía de un futuro más o menos cercano, y necesariamente inevitable. 

Una vida plena, requiere de mucha curiosidad por abrir lo que nos llega. Una vida plana por el contrario, solo acumula cajas sin descubrir. Feliz noche de reyes. Y que siga la magia, tenga el color que tenga.

La Fuerza Centrífuga del Amor II

Me gusta pensar que exponer parte de tu imimidad puede servir para algo más que un simple acto de excibicinosmo u onanismo intelectual. Dich...