Quién más, quien menos, todos conocemos los celos en muy diferentes contextos y proporciones. Puede ser la sal que enriquece o que estropea una buena comida.
La inseguridad en cualquier caso, siempre es cosa mala cuando paraliza y nos hace retroceder, levantar muros o alambradas, restringiendo nuestra capacidad objetiva, haciendo de cualquier acto inofensivo una amenaza a nuestra fragilidad. Y nos embarcamos en pequeñas mentiras y caminos imposibles de transitar.
Primero nos mentimos a nosotros mismos y después hacemos un rico pastel con esas pequeñas pajas mentales para convidar a aquellos que podrían desestabilizar algo que ni siquiera depende de ellos. Y reinventamos nuevos caminos a recorrer, caminos que no existen pero que mantienen apartada cualquier amenaza de nuestro impecable destino.
Pero ninguna ficción se acaba sosteniendo porque la vida y el caos, tienen su propio guión, del cual participamos pero que tiene sus propias reglas. Solo podemos adaptarnos y subir un nivel, para seguir creciendo. Porque un paraguas es un buen aliado para evitar la lluvia, pero no sirve para negar que está lloviendo. Puedes llenar un parque de paraguas y organizar un pic-nic, pero tarde o temprano, bien por la lluvia bien por el viento, te acabarás mojando.
¿Que sentido puede tener hacer partícipe de tu vida a alguien a quien le rodeas con un cordón sanitario para que no participe de ella? Ninguno, salvo que le quieras en tu vida con la misma intensidad en que le temes. No hablo de un miedo real, hablo de un miedo de fantasía que se hace real, cuando el cordón sanitario se rompe porque no puedes controlar todo lo que pasa en la vida, así como no puedes detener la lluvia.
Las personas que construyen un cordón sanitario sobre otras, cuentan el algunos casos con información más amplia que no hace sino alimentar su idea de esterilizarlo todo, manteniendo en la inopia al otro, que no entiende nada y que al final acaba salpicado de algo que nunca debería haber estallado, creando el efecto contrario. Mierda por todas partes y el decorado del Show de Thruman cayendo en cámara lenta.
El mundo nunca es un lugar seguro, solo aquellos en los que reposa nuestra fragilidad lo hacen mejor.