jueves, 30 de abril de 2015

La vida es Curiosa Vol.1 (La mejor Foto del Mundo)

Cuando era pequeño, mi madre que sabía de mi debilidad por el El Principito, me regaló un dibujo del mismo que incluía una frase de mi capítulo favorito, cuando El Principito se encuentra con el Zorro. El capítulo favorito de millones de personas debo decir : "Solo se conocen las cosas que se domestican. Si quieres un amigo ¡domestícame! No se ve bien sino con el corazón. Lo escencial es invisible a los ojos"  Y ese dibujo, pegado a una tablilla en forma de cuadro, me acompaña hasta hoy.


Hecha la introducción, aquel capítulo despertó en mi la curiosidad por el corazón humano y una necesidad de hacer visible lo invisible. De saltarme algunos códigos sociales absurdos para abrazar las cosas que para mi de verdad importan, normalmente sin certeza alguna, guiado por la curiosidad y la intuición. Y es que, de pequeño fui muy consciente de la importancia del tiempo: ¡Lo he dejado morir tantas veces! O al menos eso pensaba, hasta que descubrí que el único que estaba muriendo era yo. El tiempo seguiría su curso sin mi, pero yo... yo moriría más tarde o más temprano, junto a todos los que quiero y me han amado, por eso: Si intuyes que la persona que tienes delante debe estar en tu vida, ¡Déjate llevar! Y así fue como conocí a Seb. Mi Seb.

Madrid, Verano del 2010

Era el mes de Junio y estábamos buscando un nuevo compañero de piso. En casa éramos cuatro y nos quedaba un cuarto vacío, de modo que pusimos como siempre un anuncio en Loquo buscando compañero. Y tras algunas entrevistas, apareció él.

 Mi experiencia compartiendo piso con otros chicos alemanes siempre fue buena, y tenía el perfil que buscábamos para un compi de piso. Pero Seb estaba en Ginebra y yo ya estaba haciendo las entrevistas personalmente en Madrid, asi que fui claro en mi siguiente mail:

 El caso es que no se dio por vencido e hizo gala de su honestidad...y un buen anzuelo: ¡Yo podría practicar alemán con él! Y así se fueron sucediendo los correos.


Varios correos más tarde, unos cuantos correos más tarde a decir verdaad ya había descartado a otros candidatos que habían venido a casa, no muchos, pero decidí que quería a Seb en casa, aunque nunca habíamos chateado ni hecho ningún Skype.


Y lo que ocurrió después, es que nos fuimos enredando en la cotidianidad, al principio con cautela, hasta que casi sin darnos cuenta nos vimos riéndo juntos de un montón de cosas que a la mayoría de gente le horrorizaría, tomándos en serio sólo a nosotros mismos. Y así nos convertimos en dos tíos risueños y sentimentales con una confianza sin base alguna ni estándar que la pudiera explicar, ni falta que hacía.

Las risas y el absurdo no fueron más que vehículos que nos hicieron la vida más fácil, no un escudo para la otra cara de la moneda, que también la hubo. Pero hoy prefiero detenerme en lo curioso de la vida, en la forma en que se desarrollan muchos acontecimientos aparentemente volátiles, y que hoy, echando la vista atrás te acabas sintiendo el protagonista de algo tan inexplicablemente bonito y espontáneo como el génesis de una amistad.

Dicen que a medida que nos vamos haciendo mayores, tenemos más dificultades para hacer amigos. Otros la tienen para mantenerlos en el tiempo. Pero yo lo veo distinto, como un flechazo, un tren que llega a todos varias veces a lo largo de nuestra vida, y en el que no siempre ponemos atención y lo terminamos dejando pasar.

La tarde que vino a vivir a casa le fui a buscar a la salida del metro, algo que practicamente no hago nunca, y puede que sea por eso que recuerde perfectamente ese momento.


En casa sólo vivió un año, pero desde entonces nos volvimos inseparables, incluso cuando él dedicaba largas horas a preparar sus trabajos para la universidad, que intercalaba con su curso intensivo de español nunca nos faltó tiempo para compartir, se encontrase en la parte del mundo que se encontrase. Y tres años y 19 días después de la primera vez que nos vimos, terminó la Tesis de su Master, que redactó en inglés y que no solo me sacó los colores, también me llenó de orgullo y me hizo sentir afortunado de haberle abierto las puertas de casa. Nosotros buscábamos un compañero de piso, pero la vida tenía otros planes. Y asi, al terminar su tesis me mandó una copia en PDF. ¿En Inglés? me dije... "A ver cómo me apaño para entender todo esto". Y lo entendí:

 Y yo no se si realmente todo esto importa a alguien, pero normalmente se hablan de tantas cosas y al mismo tiempo se dejan pasar tantas otras que considero importantes, que me apetecía dejar constancia de aquello que a veces pasa casi sin darnos cuenta. Y francamente, pocas veces hay constancia gráfica de cómo ocurren algunas de las cosas más bonitas que nos pueden pasar. La vida puede ser amarga muchas veces, pero si sabemos mirar bien descubriremos grandes tesoros en los sitios más insospechados. Creedme si os digo que estas líneas no son más que una pequeña pincelada de lo mucho que nos une y lo diferente que somos

Él tiene novia, facilidad para los idiomas y es vegetariano. Yo tengo novio, facilidad para irme por las ramas y debilidad por los asados argentinos y la buena mesa manchega.

Hace cinco años atrás, le dije en un correo que estaba seguro que seríamos amigos. Si bien no es algo que uno vaya soltando por la calle a todo el que se cruza por ahí, las veces que he tenido esa certeza sólo me ha traído personas importantes en la vida, que el paso de los años y las aventuras vividas no han hecho más que confirmar, con desencuentros incluídos.

5 años más tarde...

El año pasado, para mi cumpleaños me envió una camiseta de nuestro comic favorito: Calvin & Hobbes. Y este año, mi intención era devolverle la sorpresa, pero su maravillosa chica (Delph) se adelantó. Y no solo le regaló la camiseta... me compró en secreto un billete de avión para darle una sorpresa en París, ¡Yo sería su otro regalo!. Asi las cosas, me encontraba en el aeropuerto esperando mi vuelo cuando recibo éste mensaje de ella:



Casi al instante, recibo éste otro mensaje de él:



"No la rompas" -le dije- " Y un día nos hacemos una foto juntos cuando vengas a casa" mientras en esos momentos ya estaba subiendo al avión.



"La mejor foto del mundo" dijo, sin saber que me dirigía a París con la camiseta que me había regalado.. Y lo cierto es que las cosas ocurrieron en alguno de los días más duros del año para mi. Ninguno de los tres lo supo hasta esa noche en la terminamos pasando finalmente por casi todos los estados de ánimo. Creo profundamente en la causalidad. Creo en el amor y creo en los amigos. La vida es curiosa, si. Y finalmente cinco años después de aquel primer correo... nos hicimos la mejor foto del mundo.

La Fuerza Centrífuga del Amor II

Me gusta pensar que exponer parte de tu imimidad puede servir para algo más que un simple acto de excibicinosmo u onanismo intelectual. Dich...