viernes, 8 de julio de 2016

Un viaje de 23 años

Eran los primeros tiempos de un flamante 1993 cuando entre sueños, una canción que sonaba en Onda Madrid me traía al mundo de los vivos y de golpe, me hacía comprender que me encontraba en un país extraño donde las canciones hablaban de chicas de piernas largas y llevarla a los toros para recuperar su amor. No daba crédito.


Intenté recordar el nombre de aquel grupo, el título de la canción, parte de la letra... y volví a quedarme dormido con una sonrisa para el mayor de mis espantos en un tiempo en que no existía Internet. 

Lo que me impactó de aquello fue esa aparente arritmia en la canción y la voz al comenzar a cantar, que fue a más en cuanto escuché aquello de "Te regalaré una flor, te llevaré a los toros" en una mezcla de rechazo y fascinación que mis sentidos no sabían muy bien cómo acomodar: "No te quieres enterar/ cariño mio/ de lo que a mi me pasa./ Que desde que tu te fuiste/ mi vida es un infierno/ se me cae encima mi casa..."

Aquellas frases junto a una melodía pop muy de la tierra se me quedaron impregnadas durante años, y cada tanto primero con Yahoo, después con Google intenté encontrar alguna pista que me acercara hasta ella, que no dejó de mostrarse esquiva durante décadas arrojándome resultados frustrantes. Y así, cada tantos años volvía a la carga a ver si mi fortuna corría mejor suerte aún oliendo a fracaso desde el principio. Hasta esta madrugada.

Así fue como veintitrés años más tarde, cerca de las cuatro de la mañana de hoy, muerto de calor y sueño decido volver a intentarlo después de mi última incursión de la que hacía cuatro o cinco años atrás. Cogí el móvil en plena oscuridad y le susurré a Google: "Desde que tu te fuiste/ mi vida es un infierno/ se me cae la encima mi casa..." ¡Y funcionó!

Me dio como siempre algunos resultados esquivos, un par de señuelos para hacerme desistir de mi intento, hasta que finalmente apareció parte de la letra. ¿Será esta? Me incorporé, encendí la luz y vi las palabras clave: "cariño mío, toros, se me cae mi casa..." y me sentí raro "seguro que es otra cosa" y al comprobarlo en youtube, fui tan feliz que me quedé a oscuras otra vez escuchándola en modo bucle hasta que me dormí, por fin con ella 23 años después

Con seguridad no os debe de importar mucho esta historia, tampoco se trata de una pieza excepcional, pero ha sido un viaje muy largo en el que nunca me dí por vencido, y más que una canción que nunca tuve lo que recuperé fue la memoria. La fotografía de un emigrante recién llegado que se quedó impregnado ante algo que le sonaba raro, arrítmico pero simpático que me ubicaba como un GPS en el contexto de una tierra extraña que con los años hice mía por derecho. Recuerdo aquella mañana en Aluche con una sonrisa que pasado el tiempo se llenó de frustración, y que hoy por fin vuelve a ocupar el sitio que tanto echaba en falta.

¿Lo primero que hice con ella? ¡Regalársela al chico que me hace sonreír por las mañanas cuando tengo la fortuna de despertar junto a él! Y creo que ha funcionado, porque también él sonrió.



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